jueves, 30 de mayo de 2013

Hacer visible lo invisible - Denuncias de Violencia Obstétrica

LA VIOLENCIA OBSTÉTRICA ES VIOLENCIA DE GENERO

La violencia obstétrica
 es "aquella que ejerce el personal de salud sobre el cuerpo y los procesos reproductivos de las mujeres, expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medicalización y patologización de los procesos naturales, de conformidad con la Ley 25.929"
Está establecida en la ley 26485 de violencia contra las mujeres.
 Es necesario visibilizarla y reclamar para que sea erradicada.
Denunciar los actos de violencia obstétrica para que sean sancionados, contribuye a la visibilización de éstas prácticas y a su prevención futura.


Sitio informativo del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación

¿Cómo saber si fuimos víctimas de este tipo de violencia?
Con un simple
test de 11 preguntas.






La CONSAVIG (comisión nacional coordinadora de acciones para la elaboración de 
sanciones de violencia de género) ha elaborado un instructivo para realizar la denuncia a ser presentada en la institución que corresponda, con copia al INADI y a la Defensoría del Pueblo.


Relacahupan ofrece apoyo y orientación personalizada a las mujeres que deseen denunciar. 
redargentina@relacahupan.net ó directamente a Maria José Bernasconi (Coordinadora Nacional).

Ponemos a disposición de las mujeres que hayan sufrido actos de violencia obstétrica y quieran realizar la denuncia el instructivo y formatos de cartas:


"La violencia ejercida en cada nacimiento sigue sembrando la violencia en el mundo"




jueves, 9 de mayo de 2013

Semana Mundial del Parto Respetado - 20 al 27 de Mayo 2013

Podés ver o descargar el afiche completo
(formato A4) para imprimir y compartir 
aquí
Se viene, se viene!! 
En todo el mundo se están organizando actividades alusivas para llevar a más gente el mensaje de respeto y amor en los nacimientos.

El lema de este año se refiere al ambiente que la mujer y el niño necesitan y que quienes acompañamos debemos proteger.


El parto es un proceso fisiológico involuntario controlado por estructuras cerebrales arcaicas (sistema límbico) que segregan orquestadamente un cóctel de hormonas (oxitocina, endorfinas, prolactina) que tienen efectos fisiológicos y en el comportamiento. 
Si el ambiente en el que se desarrolla no es adecuado (como casi siempre ocurre), estos procesos pueden ser inhibidos causando complicaciones y alterando el resultado.



Para saber de qué se trata y cuál es el orígen de este evento mundial, visita el sitio de la ENCA (en varios idiomas)





Actividades en Argentina

"La Bella Tarea" por Albertina Carri y Marta Dillon
En la semana del Parto respetado APU y Dando a Luz te invitan a ver esta serie documental en casa Brandon, Luis Maria Drago 236.  Lunes 20 de Mayo a las 19 hs !
Ver adelanto aquí


JUEVES 23 DE MAYO
 EN LA CASA DE LA CULTURA DE MARCOS PAZ
Desde el mediodía muestra de fotos de Sonia Cavia
 A las 18.00 Hs Charla informativa a cargo de:
 Marcela Canelo (Tierra Mansa-Doula-Comunicadora)
 Natalia Idiart (Lic. en Obstetricia-Partera Independiente)
 Roxana González (Lic. en PsicologÍa-Doula)
 Sonia Cavia (Doula-Comunicadora- Representante Regional de la RELACAHUPAN)
















facebook.com/MaternarEnTribu

Foto: Se viene la Semana Mundial del PARTO RESPETADO. Comparto...
Me gusta pensar que del RESPETO del que se habla, es del verdadero RESPETO por la fisiologia sabia y espontanea del proceso psico-emocional-espiritual-socio familiar y organico del parir/nacer- en TODO ambiento (hospital o fuera del hospital) y con cualquier profesional (medico, partera, doula). Y del RESPETAR los derechos humanos- empezando por la informacion veraz, completa, actualizada y precisa. Y de mas esta decir de RESPETAR protocolos de atencion SEGUROS. RESPETAR la dignidad humana y lo sagrado de este evento trascendental con atencion profesional acertada y adecuada basada en la constante actualizacion, en la ciencia y a la vez en las necesidades unicas de cada mujer, pareja, familia.




facebook.com/doulas.derosario



RELACAHUPAN MENDOZA INVITA:
En el Gran Mendoza:
ACTO de APERTURA: Jornada por la Semana Provincial del Parto Respetado:
Encuentro de reflexión y concientización sobre El Nacimiento y el Respeto por el binomio Madre – Bebe. Evento organizado por RELACAHUPAN MZA y la SOM (Sociedad Obstétrica Mendocina).










miércoles, 8 de mayo de 2013

Sobre los prejuicios y la conciencia


Todos aquellos que abogamos y trabajamos por un modo más respetuoso y humanizado, o mejor dicho “mamiferizado”, de parir, nacer y criar nos enfrentamos diariamente con los prejuicios. Básicamente consisten en mitos o argumentos más o menos elaborados que están social y culturalmente arraigados, pero que en muchos casos no soportan el mínimo análisis, y aún así los reproducimos de generación en generación sin cuestionamientos porque forman parte de nuestro condicionamiento cultural que empaña todos los ámbitos de nuestras vidas.

Las estructuras de poder, la sociedad de consumo, hacen mucho por sostener estos prejuicios, por mantener la desconexión imperante con nuestro ser, con la naturaleza, con nuestra condición de mamíferos, para poder conservar el status quo, y por ende su poder.

He aquí la enajenación que envuelve nuestros partos, el miedo, el dolor y la frustración que experimentamos. ¿Por qué algo tan sagrado, tan personal e íntimo ha de ser negado, invadido, violentado?

Porque nos han convencido de que no somos capaces, que nuestro cuerpo es defectuoso y que no podemos parir solas, por nuestros propios medios. De que necesitamos obligatoriamente de alguien preparado, formado, que nos asista y nos salve junto con nuestro bebé de ese “trance peligroso”. Y esto se logra a través de una serie de rituales (R. Davis-Floyd), se refuerza el sistema de creencias (aquí entran los prejuicios, mitos, etc) y legitima las posiciones de quienes ejercen un rol de poder (los profesionales de la salud que asisten).

El prejuicio y el miedo en este contexto juegan un papel estabilizador. Ayudan a mantener las cosas (y las personas) en su lugar. Pero cuando logramos trascenderlo, cuando nos hacemos las preguntas adecuadas, ya nada vuelve a ser igual. Desde el momento en que uno sabe, se involucra y toma conciencia, ya no puede mirar para otro lado, hacer como que le da lo mismo.

Se trata de un tema crítico. Y afortunadamente cada vez somos más, cada vez resuena más, aunque todavía falta muchísimo. Es crítico porque, como dice Michel Odent, el tiempo que rodea al nacimiento es el período en el que se gesta nuestra capacidad de amar; o bien la violencia y la agresividad, todo depende del trato que recibamos al llegar al mundo.

A mí me importa el futuro y me importa al menos sembrar una semilla para el cambio. Y ahí es donde muchas veces me topo con los prejuicios, a veces inocentes y a veces férreamente arraigados.
Ojalá cada vez más gente pueda sacudirse la comodidad que supone la ignorancia, desprenderse de los viejos condicionamientos, las carencias personales y considerar nuevas perspectivas. Lo cual no quiere decir que todos vayan a adoptarlas, sino que puedan contar con un conocimiento de todas las opciones posibles, con sus particularidades, pros y contras, para poder realizar sus elecciones en forma libre y personal.

Y lo más sorprendente es que la mayoría se resiste a considerar que existen alternativas muy viables, diferentes a las comúnmente conocidas, ecológicas, más acordes a nuestras necesidades, a nuestra naturaleza. O que las opciones comunes, socialmente aceptadas, tienen desventajas y riesgos que no siempre se informan o difunden adecuadamente.
No porque algo se considere “normal” o porque sea habitual tiene que ser bueno. En la mayoría de los casos las opciones "alternativas" superan ampliamente las ventajas de las prácticas  rutinarias.
El problema es que somos animales de costumbre. Y cuando se propone algo distinto se sacan a relucir los prejuicios para quedarse tranquilos y mantenerse en la zona de confort, dentro de lo conocido, lo familiar, por más que no sea lo mejor.

Y no se trata de demonizar la práctica obstétrica convencional, con todos sus avances que sin lugar a dudas contribuyen a salvar vidas o a evitar resultados desfavorables en ciertas situaciones específicas. Lo que rechazo es el sobredimensionamiento de la medicina (y de quienes la practican), la fe ciega, la negación absoluta de cuestionamiento y la comodidad de delegar completamente en terceros las decisiones que afectan nuestra salud y la de nuestros hijos.

¿Dónde está nuestra responsabilidad y nuestra autodeterminación? ¡Sin dudas que desde esta perspectiva los juicios de mala praxis van a aumentar exponencialmente (sin ahondar en el negocio que constituyen)! Y que como consecuencia los profesionales de la salud van a “redoblar la guardia” y a responder con una batería de análisis, pruebas e intervenciones muchas veces innecesarias, “por la dudas”, para cubrirse lisa y llanamente y porque tienen la convicción de que esa es la mejor manera de ejercer su profesión, que están haciendo lo mejor por su paciente cubriendo todos los frentes posibles, optando siempre por “el mal menor”. Aún cuando esto suponga un derroche de esfuerzo, dinero y tiempo de todas las partes involucradas, además de comprometer la salud y el bienestar de la madre y su bebé.

En la vereda de enfrente, a las mujeres o parejas que desde la conciencia de que hay un modo mejor de parir y nacer, quieren vivirlo plenamente, se involucran, se informan y tienen la oportunidad de desarrollar un vínculo de confianza con las personas que los acompañan en el proceso de gestación y nacimiento desde una filosofía más respetuosa, muchas veces desde el prejuicio se las tilda de inconscientes (paradójicamente) por sus elecciones a contramano de lo socialmente impuesto.

Estas mujeres y parejas a las que se les permite ejercer su autodeterminación tomando las decisiones acerca de su cuidado (asesorados acerca de los pros, contras y alternativas, sin coacción) difícilmente inicien una demanda si algo no sale como estaba planeado. Porque la responsabilidad es compartida; porque habiéndose informado y elegido, habiendo sido respetados, se hacen cargo de los resultados y celebran el éxito como un gran logro personal.
Como describe Elisabeth Arús  “ese `hacerse cargo´ puede sentirse a menudo como una carga pesada, como una mochila de la que más vale deshacerse para dejar el tema a los expertos y estar lo más relajadas posible, por no decir anestesiadas, en el momento en que nuestro hijo vaya a nacer.  Pero esa carga puede vivirse también como el peso propio de algo que es sumamente importante; como la ardua tarea de trabajar duro en algo que realmente nos importa […] Los que optamos con un nacimiento sin violencia para nuestros hijos entendemos de este modo la responsabilidad; como un «hacerse cargo» de algo que es tan nuestro”