sábado, 28 de diciembre de 2013

La antiobstetricia y el "factor riesgo", según Odent

El establishment médico cita con frecuencia el "factor riesgo" -la legítima preocupación por la seguridad de la madre y el niño- para justificar la "medicalización" del proceso del nacimiento y desacreditar toda otra alternativa: ya sean nacimientos caseros o centros de nacimiento fuera del hospital o unidades de maternidad en hospitales, como es el caso de Pithiviers. Pero no está realmente bien claro si esta actitud (que involucra el difundido uso de sedantes, hormonas artificiales para estimular el trabajo de parto, epidurales y otras anestesias, fórceps y las cesáreas diarias) ha disminuido el "factor riesgo", puesto que gran parte de esta intervención médica introduce nuevos riesgos. Además, este énfasis en casos de alto riesgo sirve muy pobremente a los intereses de la gran mayoría de las mujeres, que tienen embarazos y alumbramientos "normales". 

Desafortunadamente, la mayoría de los doctores están mucho más interesados en la enfermedad que en la salud. Creen que la buena salud es simplemente la ausencia de enfermedad. Como resultado, doctores y estudiantes de medicina se refieren con frecuencia a la obstetricia, sólo cuando implica patología. Se pasan la mayor parte del tiempo preparándose para todas las cosas terribles que podrían ir mal durante el embarazo y el alumbramiento [...] pero para cuando se reciben, han aprendido muy poco sobre la fisiología de un trabajo de parto normal e ignoran por completo los factores perfectamente comunes que pueden modificar el proceso, sin que eso sea causa para alarmarse o intervenir. El resultado final es que, cada nacimiento, es visto como un problema potencial.

En Pithiviers, por supuesto que no dudamos en intervenir médicamente cuando es necesario. No estamos en contra de la tecnología médica y no negamos la importancia de las contribuciones tecnológicas en el campo de la obstetricia. Lo que hacemos es evitar cualquier riesgo innecesario para la madre y el bebé. Sin embargo, nuestra dedicación para ayudar a las mujeres a dar a luz por sí solas, determina cuándo y cómo intervenimos, si se generara algún problema; puesto que la situación de cada mujer es diferente, no puede haber un modelo de rutina general para intervenir. Y ya que consideramos al nacimiento vomo un acontecimiento personal e íntimo, hacemos todos los esfuerzos posibles para minimizar la naturaleza invasora de la asistencia médica. Como resultado, muchos aspectos de nuestra práctica eliminan los peligros que la obstetricia convencional ha creado [...] algunas complicaciones nunca aparecen y muchas intervenciones comunes se vuelven innecesarias.

Dr Michel Odent, "Nacimiento Renacido" Editorial Creavida, pag 132-133

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